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FRANCISCO DE QUEVEDO


Le podemos considerar uno de los mayores poetas de la lengua castellana.


Nació en Madrid en el seno de una familia nobiliaria próxima a la corte. Gracias a ello, consiguió un sorprendente dominio del lenguaje.

En sus obras, defendió con gran pudor una visión conservadora y tradicional de la sociedad.

Y aunque intentó meterse en la vida política, ya que estuvo en el círculo del duque de Osuna, virrey de Sicilia, y del duque de Olivares, no le salió bien, debido a que al distanciarse de este último, le metieron en la cárcel, donde pasó cuatro duros años, desde 1639. Tras su salida, se retiró a la Torre de Juan Abad, y poco después murió en Ciudad Real.


Dentro de toda su producción, que son casi unos novecientos poemas, podemos diferenciar tres bloques o conjuntos distintos:

  • Por un lado tendríamos la poesía moral y religiosa, una serie de poemas en los que están presente el estoicismo, es decir la idea filosófica de prescindir de bienes materiales para ser feliz, y una grave moral cristiana, expresada a través del arrepentimiento del pecador. En este tipo de poemas, se incluyen también temas típicos del Barroco como la fugacidad de la vida, la inevitable muerte, la necesidad de evitar las pasiones, y la urgencia de dejar de lado las apariencias y los bienes, todo ello combinado con tópicos como el tempus fugit. Ejemplo: “Fue sueño ayer, mañana será tierra”


  • Por otro lado, estaría la poesía amorosa, en la que Quevedo se sirve de la influencia del petrarquismo. Desarrolla una visión trascendental del amor, es decir, nos transmite la idea de que el amor dura para siempre. Para encontrar poemas de este tipo, no tenemos más que acudir a su cancionero de cincuenta y seis poemas llamado “Canta sola a Lisi”


  • Y por último, tendríamos la poesía satírica, que se caracterizaba por parodiar la poesía petrarquista, versionar de una forma burlesca fábulas mitológicas, como puede ser la de Apolo y Dafne, en la que los protagonistas se convierten en un rufián y una prostituta. Y criticar y burlarse de tipos sociales como médicos, cornudos, etc. además de vicios como la hipocresía, propios de la época.


En todos ellos, el autor, incluye sonetos, letrillas, décimas,etc. con juegos de palabras y metáforas grotescas, como se puede ver en “Érase un hombre a una nariz pegado” que Quevedo dedicó al poeta Luis de Góngora, a quien había conocido en su estancia en la Corte de Valladolid, y con quien se había enemistado, después de que este le acusase de copiar su poesía. A raíz de la enemistad, se intercambiaron sátiras burlándose el uno del otro. Esta no es más que un ejemplo.



REFERENCIAS

Libro de Lengua y Literatura Castellana 1 bach-oxford



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